viernes, 18 de julio de 2008

Apestaba

«Sí», dijo mamá, «una vez me senté a su lado en el tranvía, apestaba»; y yo le dije que la señora nunca quería echarse a un lado, ¿verdad? Nein, contestó ella. Yo pregunté: «¿Recuerdas cómo se llamaba la gran calle a la que se llegaba para tomar el tranvía?». Ella dijo «Bockenheimer Landstrasse», y yo grité alegremente: ¡Sí! ¡Así era como se llamaba! Y luego cruzabas el paso de peatones, y allí había una pastelería, me encantaban los Pfannkuchen, las crepes. Y al doblar la esquina había una pequeña y oscura papelería donde vendían bolígrafos, cuadernos y papel de todos los colores. Era una señora joven quien la llevaba. ¿Y cómo se llamaba la calle a la que se llegaba, esa tan amplia que subía hasta la Opernplatz?

KNUD ROMER (Copenhague, 1960)
Quien parpadea teme a la muerte, Minúscula, 2008, página 198
Traducción de Sofía Pascual Pape