lunes, 29 de septiembre de 2008

Hoy se cumplen cien años de la muerte de Joaquim Maria Machado de Assis. Cien años de memorias póstumas.

Bonde a Santa Teresa, 1870

Cuando, a las dos de la tarde del día siguiente, Natividade entró en el tranvía para ir no a no sé qué compras en la calle Ouvidor, llevaba la frase consigo. La vista de la ensenada no la distrajo, ni la gente que pasaba, ni los incidentes de la calle, nada; la frase iba dentro y delante de ella, con su aspecto y tono de amenaza. En Catete alguien entró de un salto, sin que el vehículo se detuviera. Adivina que era el consejero; adivina también que, puesto el pie en el estribo, y viendo enfrente a nuestra amiga, se dirigió hacia allí rápidamente y aceptó el extremo del asiento que ella le ofreció. Tras saludarse:
—Me ha parecido verla una mirada asustada, dijo Aires.
—Naturalmente, no creí que fuera capaz de esta proeza gimnástica.
—Cuestión de hábito. Las piernas saltan por sí mismas. Cualquier día me dejan caer y las ruedas pasan por encima…
—Sea lo que sea, ha llegado justo a tiempo.
—Siempre llego justo a tiempo. Ya le escuché decir eso hace muchos años, o fue a su hermana…

JOAQUIM MARIA MACHADO DE ASSIS, Esaú e Jacó
Editora Nova Fonteira, Rio de Janeiro, 1982, página 96
Traducción de JAC