En el Largo do Portazgo, junto al puente de Santa Clara, recordamos a Miguel Torga, que aquí tenía su consultorio. Luego, la rúa Ferrerira Borges. Le señalo a Alfonso el lugar donde estuvo el café Arcadia, ahora ya tan perdido como el joven que en una esquina, junto a la cristalera que temblaba con el paso del tranvía, escribía versos y esperaba a quien siempre llegaba tarde o, muy a menudo, nunca.
José Luis García Martín
A decir verdad
Llibros del pexe, 2006, pág. 230
José Luis García Martín
A decir verdad
Llibros del pexe, 2006, pág. 230