UNA MAÑANA
Una mañana donde el aire olía a berenjenas, subí al tranvía 15 para ir a la Plaza do Comércio. El tranvía estaba lleno de turistas que iban a Belém. Y el tranvía, en la Rua dos Fanqueiros, tuvo que pararse. Un furgón aparcado no le dejaba pasar. Bajó el conductor del tranvía, examinó el vehículo y después de cinco minutos, tras aparecer el propietario del furgón, el tranvía siguió su trayecto…
Fernando Sanmartín. En las ciudades