viernes, 17 de febrero de 2012

Cuando el tranvía va abarrotado


Y aquí tienen otro número que he ideado yo mismo. A veces, cuando el tranvía va abarrotado, no tengo espacio suficiente para estar sobre las dos manos. Así pues, arriba. Ojo. ¡Me pongo sobre una! Muchas gracias.

William Lindsay Gresham, El callejón de las almas perdidas, Sajalín Ed. Barcelona, 2011, página 33. Traducción de Damià Alou.