martes, 15 de abril de 2014

Un frágil tranvía


Nos hallábamos en la afueras de alguna ciudad. Las lámparas de las casas de campo dieron paso a bloques de cemento de tristes viviendas, todas iguales. El tren pasó retumbando sobre un puente elevado; debajo, un frágil tranvía, abarrotado de gente que iba al trabajo, tomaba una curva como si fuera un desvencijado bobsleigh. No tardamos en detenernos en un estación, y entonces comprendí que aquello debía de ser Varsovia. 

 Truman Capote. Los perros ladran. Ed. Quinteto. Traducción de Damián Alou. Pág 209.