lunes, 1 de agosto de 2022

Los ruinosos tranvías



SAINT-JOHN PERSE
(1887-1975)
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POEMA A LA EXTRANJERA

I

Ni los arenales ni las rastrojeras hechizarán el paso de los siglos futuros, donde estuvo la calle pavimentada para vosotros por una piedra sin memoria —¡oh, piedra inexorable y más verde

         que la sangre verde de las Castillas de vuestra sien de Extranjera!

 

Una eternidad de hermoso tiempo esa en las membranas cerradas del silencio, y la casa de madera que navega, por el hondo abismo, sobre sus anclas, madura un fruto de lámparas de mediodía

         para más tibias incubaciones de nuevos sufrimientos.

 

Pero los ruinosos tranvías que se perdieron una noche al doblar una calle, se alejaron sobre raíles hacia el país de los Atlantes, por las calzadas y por las rampas,

         por las glorietas de los Observatorios invadidos de sargazos.

         por los cuarteles de las aguas corrientes y los zoos frecuentados por gente de circo, por los barrios de negros y asiáticos que emigraron de alevines, y por los bellos solsticios verdes de las plazas redondas como atolones

         (allí donde una noche acampó la caballería de los Federales, ¡oh mil cabezas de hipocampos!)

         cantando el ayer, cantando el siempre, cantaban el mal en su nacimiento, y, sobre dos notas del Pájaro-gato, el Verano poblado de nuevas Capitales infectadas de langosta… Y ahora, he ahí, a vuestra puerta, abandonados por la Extranjera,

         esos dos raíles, esos dos raíles —¿de dónde vinieron?— que aún no han dicho su última palabra. 

 
[Pájaros y otros poemas. Visor, Madrid, 1976. Versión de Manuel Álvarez Ortega. Págs. 53-54]