Elías Moro Cuéllar
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Promesa
Para Lali,
en un futuro.
en un futuro.
Yo sé que alguna vez estaremos en Praga y beberemos cerveza tibia bajo la nevada, sentados junto a la tumba de Capek, sobre un barco en el Moldava, besándonos frente a la isla de Kampa, y tomaremos el tranvía con tipos adustos que aprietan el sombrero entre las manos y mujeres que cuando ríen suenan como violines, y son pálidas en su risa como un árbol que se seca lentamente.
Allí, mi amor, hay una buhardilla donde se asoma una anciana, allí hay un caballo que reposa bajo la sombra amable de los tilos, allí un toldo que discute contra el viento, allí una piedra con unos números que recuerdan hechos lejanos…
Yo sé, mi niña, que alguna vez estaremos en Praga y oiré, como nunca lo he oído antes, asombrado y feliz, el sonido de tu nombre en un idioma incomprensible. Yo sé que alguna vez estaremos en Praga y que eso será la felicidad.
Allí, mi amor, hay una buhardilla donde se asoma una anciana, allí hay un caballo que reposa bajo la sombra amable de los tilos, allí un toldo que discute contra el viento, allí una piedra con unos números que recuerdan hechos lejanos…
Yo sé, mi niña, que alguna vez estaremos en Praga y oiré, como nunca lo he oído antes, asombrado y feliz, el sonido de tu nombre en un idioma incomprensible. Yo sé que alguna vez estaremos en Praga y que eso será la felicidad.
