jueves, 25 de septiembre de 2008

En vagones de segunda

Tranvía del Emperador Pedro II, 1887

Todos los domingos salía rumbo al cementerio de São João Batista para llevar a su compañera flores frescas, que recibía de Friburgo. Las llevaba envueltas, bien para que nos las deshojase el viento, bien para que los otros no vieran el motivo de su peregrinación. Un día, el conductor del tranvía se empeñó en no dejarle entrar con el paquete en el vagón de primera. Y el gran escritor, sumiso y modesto, desde entonces viajó en vagones de segunda.

LÚCIA MIGUEL PEREIRA, Machado de Assis. Estudo Crítico e Biográfico
Livraria José Olympio Editora, Rio de Janeiro, 1955, 5ª edição, página 261