Paul Claudel
(1868 - 1955)__________________________
LA MURALLA INTERIOR DE TOKIO
I
Ni bosque ni playa, cada día el lugar de mi paseo es un muro,
Siempre hay un muro a mi derecha.
Un muro que sigo y que me sigue y que detrás de mí despliego al caminar y que ante mí tiene continuidad y abasto.
Un muro continuamente a mi derecha.
A mi izquierda está la ciudad, y grandes avenidas abiertas hacia toda la tierra.
Pero hay un miro a mi derecha.
Me vuelvo (en esta estación de tranvía) y sé que por allí está el mar,
Pero el muro sigue pegado a mi derecha,
Hay toda una ciudad bajo mis pies, un mundo frágil en la tarde que se enciende y se apaga,
Pero eso no impide este muro a mi derecha,
Un muro que no me conduce a otra parte más que para volver a llevarme al mismo punto,
Y cuando cierre los ojos, sólo tendré que extender la mano
Para verificar esta presencia a mi derecha.
Traducción de Eugenio Padorno
La perdiz mareada. Minutarios de 2006-2007. Anroart Ediciones, Las Palmas, 2008. Pág. 58.
Siempre hay un muro a mi derecha.
Un muro que sigo y que me sigue y que detrás de mí despliego al caminar y que ante mí tiene continuidad y abasto.
Un muro continuamente a mi derecha.
A mi izquierda está la ciudad, y grandes avenidas abiertas hacia toda la tierra.
Pero hay un miro a mi derecha.
Me vuelvo (en esta estación de tranvía) y sé que por allí está el mar,
Pero el muro sigue pegado a mi derecha,
Hay toda una ciudad bajo mis pies, un mundo frágil en la tarde que se enciende y se apaga,
Pero eso no impide este muro a mi derecha,
Un muro que no me conduce a otra parte más que para volver a llevarme al mismo punto,
Y cuando cierre los ojos, sólo tendré que extender la mano
Para verificar esta presencia a mi derecha.
Traducción de Eugenio Padorno
La perdiz mareada. Minutarios de 2006-2007. Anroart Ediciones, Las Palmas, 2008. Pág. 58.