domingo, 27 de septiembre de 2009

Los tranvías y trolebuses de mi ciudad


Fernando Sanmartín
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EL ASOMBRO
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El asombro sirve para vivir, para que sepamos que no todos los portales son iguales, para que la sorpresa se convierta en una pelota de nieve que alguien nos lanza con cariño.
Yo me dejaba asombrar por muchas cosas. Por los tranvías y trolebuses de mi ciudad, hasta que desaparecieron. Por los Ejercicios Espirituales, que tenían algo de extraño dentífrico para nuestras almas. Por Ben-Hur, una película que vi en el cine Fleta y que duraba toda la tarde. Por los vehículos de las funerarias, ante cuyo paso muchas personas se santiguaban, lo cual yo no entendía.

La infancia y sus cómplices,
Xordica, Zaragoza, 2002 - Pag,72.