martes, 6 de julio de 2010

La casa donde duermen los tranvías es obscura y misteriosa


Silvina Ocampo
(1903-1994)
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LA CASA DE LOS TRANVÍAS

El mayoral del tranvía número 15, como un dueño de calesitas, estaba recostado sobre el parapeto. Esperando que se llenara de gente su tranvía para salir. La casa donde duermen los tranvías es obscura y misteriosa para quienes la conocen; a veces se oye la música de un violín sobre los rieles desiertos, cuando se detienen las ruedas, a veces se oyen patadas obscuras en las caballerizas; son las almas de los caballos abandonados por los tranvías.
El mayoral del número 15 tenía los mismos bigotes de un maniquí de una tienda de Flores —allí había nacido y crecido muy alto en el segundo piso de la tienda, hasta que llegó a ser conductor de tranvía.
Todos los días, cuando el tranvía se llenaba de gente, a último momento llegaba una muchacha cargada de paquetes entre los cuales se veía colgar, indefensa, una cartera.

Cuentos Completos, Ed. Emecé