Las chicas que esperaban el tranvía

Manchester. Foto Yolanda Soler Onís

Ella salió por pies sin tiempo de ponerse las bragas, y corría por el parque al lado de las otras chicas, con los policías pisándoles los talones, mientras los chulos fingían ser clientes, las putas se ponían la alianza en el dedo y a las chicas que esperaban el tranvía las confundían con putas. Las detuvieron a todas y se las llevaron.

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Beppe Rosso, Filippo Taricco, La ciudad frágil

Edicions Bellaterra. Barcelona, 2010, pág. 40-41