miércoles, 23 de noviembre de 2011

Les gustaba hablar de esto en el tranvía


Todas las tardes el mismo trayecto en tranvía en dirección a La Luna, que era su café favorito. Tanto el doctor Vigil como su secretario envejecían en ese monótono recorrido, hablando siempre de lo mismo. De cómo para ellos, pese al trato diario con los dementes, ya no había en su trabajo cambios ni margen alguno para la novedad. Y de cómo la experiencia les había enseñado que la locura no era nada atractiva. Sino más bien profundamente aburrida. Todos los días, a la salida del trabajo del manicomio, comentaban la falta de genialidad de los locos. Les gustaba hablar de esto en el tranvía.

Enrique Vila Matas, Impostura, Anagrama, 2003, pág, 13.