domingo, 5 de mayo de 2013

Cercanos y lejanos los tranvías


Francisco Umbral
(1932-2007)
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Bebía mi cerveza a morro, despacio, respiraba cercano, inmediato, íntimo, el perfume de la colonia triunfadora que me había echado, y respiraba en torno el olor de las muchachas, el aroma verde y ya perdido de las parras de aquel patio traspuesto en bailongo, hasta que la noche estival iba descendiendo sobre el suburbio en andas de sus luceros más gordos. Pasaban cercanos y lejanos los tranvías raudos y ya campestres de la Ciudad Lineal. Ladraba el perro del verano en el campo con huertas. Mi vida se quedaba deliciosa y angustiosamente parada. Yo me había echado aquella tarde una colonia de conquistar mujeres, pero no había conquistado a nadie.


La  noche que llegué al café Gijón, Destinolibro, 1980, pág. 88