jueves, 2 de enero de 2014

La melancolía del tranvía


DANIEL JONAS
( 1 9 7 3 )
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TRANVÍA

De repente detenida por la melancolía del tranvía
que asomaba en la curva
estorbándome el paseo
que quería, mi tarde
como Héctor frente a Aquiles allí se caía derribada
como un saco de músculos
sobre el rastro de sangre del poniente. 

¡El cruel, el carro! ¡El tirado por caballos!
¿Qué diferencia había entre aquel impostor
que ahora en su surco convertido en hierro,
tractor que pace lo campestre del asfalto,
me lleva ya tarde hacia
la tarde de otro día
y desde esa tarde exactamente
que tan pronto me trae a esta?

Y aún este era conducido por una gracia
tan cándida y maternal
en aquel tríptico frontal
Nuestra Señora lo conducía
como a guardafrenos de mi infancia,
figura de renacimiento
enmarcada tras el parabrisas central
como un altar de lo que fui
hacia la alteridad de lo que soy.

Dije: ¡Madonna!
mientras el tranvía asomaba en la ladera
y desaparecía en la curva,
escupiendo una débil chispa
imponderablemente abandonada
como restos de un milagro.

«Eléctrico», in Passageiro Frequente, Língua Morta, Lisboa, 2013. Pág. 13. Traducción de JAC