miércoles, 22 de octubre de 2014

Bajamos del tranvía en Hyakumamben


JUNICHIRŌ TANIZAKI
(1886-1965) 
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LA LLAVE 


El señor Kimura, que está de vacaciones, nos esperaba en la terminal del tranvía de Omiya, desde donde fuimos juntos. Parece ser que ha sido idea de Toshiko, y me he sentido muy agradecida. 
 Ya que el señor Kimura tiene vacaciones en la escuela, está libre, y paseamos por la orilla del río, tomamos una embarcación hasta el hotel Rankyo y entonces, tras descansar un poco cerca del puente Togestsu, fuimos a ver el jardín del templo Tenryu. Por primera vez en mucho tiempo respiraba aire fresco y saludable. Creo que me gustaría hacer esta clase de salidas con más frecuencia. Es una lástima que mi marido sea un ratón de biblioteca. 
 Al atardecer emprendimos el regreso. Bajamos del tranvía en Hyakumamben y cada uno se alejó en una dirección diferente. La jornada había sido tan estimulante que no me apeteció tomar coñac. (Pág. 63) 


 Al pasar por Nishinotoin, a fin de que ella supiera que no la perseguía, crucé la calle por donde pasa el tranvía hacia el norte, y la adelanté haciendo que me viera. Entonces tomé el tranvía de la línea Nishijo-Horikawa en dirección este. (Pág. 69)

La llave, Siruela, Madrid, 2014. Traducción de Keiko Takahashi y Jordi Fibla.