lunes, 1 de septiembre de 2008

Nocturno

1905
Ya ha cesado ese ruido de tranvías que sólo se hace audible cuando el mundo se queda dormido. A través de las cerradas ventanas, se oye débilmente a los insectos cantar tristemente, como si quisieran recordarnos discretamente el rocío del otoño […]. Si tomo la pluma, parece que cada línea que sale de su punto y va formando una letra tras otra produce un ruido.

Natsume Soseki, Kokoro (1914)
Gredos, Madrid, 2003. Pág. 201
Traducción de Carlos Rubio