domingo, 25 de julio de 2010

Una ciudad llena de tranvías

Place Broglie, 1959
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Fernando Sanmartín
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ESTRASBURGO

Esta ciudad tiene un aire femenino, algunas arrugas en su rostro y unos cauces de agua que la embellecen. Pero también es una ciudad llena de tranvías. Subir a uno de ellos es lo primero que hago al salir del hotel tras dejar la maleta. Me monto en un tranvía de la línea B para ir a la place Broglie. En un edificio de esta plaza, Rouget de Lisle cantó por primera vez La marsellesa. El himno me traslada al Rick´s Café Américain, de Humphrey Bogart, donde se cantó para aplastar las voces del mayor Strasser y su pandilla: memorable escena sin camuflaje, sin engaños, sin bagatela alguna.

Viajes y novelerías, AMG Editor, 2004. Pág, 52