viernes, 18 de noviembre de 2022

Un conductor de tranvías



Finalmente, Frédéric vendería periódicos, volvería cinco años más al ejército y alcanzaría el rango de sargento, trabajaría en una granja y luego se convertiría en un conductor de tranvías, se casaría, tendría hijos y moriría en la sesentena; una vida como millones de otras.

Seguramente se refería a su hijo mayor, Frédéric, que era el niño más atrasado de la clase y que, de adulto, sería conductor de tranvías, un miserable intrigante que incluso amenazó con chantajear a su propio hermano. 

Edmund White, Rimbaud, Lumen, Barcelona, 2010. Traducción de Nicole d’Amonville Alegría. (Págs. 23 y 25)