Stéphane Mallarmé
(1842-1898)
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Salvo la monotonía, desde luego, de enrollar, entre las corvas, sobre la calzada, con el instrumento favorito, la ficción de un deslumbrante riel continuo.
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Largos arrabales prolongados por la monotonía de vías que van a dar a la central nada de extraordinario, divino o completamente surgido del suelo artificial a cambio de las lenguas de asfalto, de nuevo, a hollar, para escapar.
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[Stéphane Mallarmé. Variaciones sobre un tema, Ed. Vuelta, México, 1993. Traducción de Jaime Moreno Villarreal. Páginas 62 y 127]